Coalición Internacional del Hábitat

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Coalición Internacional del Hábitat
Secretaría General de HIC
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CSD–13 Debe Traducir Derechos en Acciones
11 Marzo 2005
La Coalición Internacional del Hábitat (HIC) red global que reúne a más de 400
movimientos sociales, centros de investigaciones y ONG´s que trabajan en lo relativo a derechos
de la vivienda y asentamientos humanos. El reciente espantoso tsunami en Asia, y las continuas
irrupciones en los asentamientos humanos causadas por los conflictos armados, limpiezas étnicas
y transferencias de población en África y todo el mundo, ha puesto la atención mundial como
nunca antes sobre las necesidades en el medio ambiente y el desarrollo. CSD-13 brinda una
oportunidad única para lograr un progreso concreto para el desarrollo sustentable a través de
Objetivos de Desarrollo del Milenio (MDG´s) como señales para redireccionar recursos desde los
países ricos para emparejar la movilización sin precedentes de personas y organizaciones de la
sociedad civil hacia un planeta habitable para todos.
El Reporte Preliminar de la Secretaría General sobre Asentamientos Humanos para el
CSD-13 (Reporte Preliminar) representa un buen primer paso para dirigirse a los desafíos
contenidos en el CSD-12. Sin embargo, estamos desilusionados debido a que ni el Reporte
Preliminar ni el Sumario del Presidente sobre IPM respondieron a las recomendaciones claves
hechas por HIC, ONGs y otros Grupos Mayores, y varios gobiernos los cuales han sido señalados
en varios puntos en el proceso de CSD. Hoy día, HIC reitera algunos de estos temas no tratados y
instamos que los delegados del CSD-13 y el Secretario General se dirijan sobre ellos en el Reporte
de Implementación Final.
Acciones Realizar los Derechos Humanos. El Reporte Preliminar omite cualquier
referencia acerca de los derechos humanos. Esto es un error impresionante sobre lo que hay
mucho que decirse. Asentamientos humanos sustentables sólo pueden ser logrados a través de
políticas que progresivamente den cuenta del derecho universal a la vivienda adecuada, acceso a
la tierra, tenencia segura, y provisiones en infraestructuras, incluyendo agua y saneamiento. Los
Estados y el sector privado deben ser compelidos a reconocer estos derechos e implementarlos a
través de las legislaciones y regulaciones nacionales, programas y planes de implementación;
adecuación de fondos para la provisión socialmente basada de viviendas, agua, saneamiento y
otros servicios básicos; y el agresivo cumplimiento de los derechos de vivienda y agua.
El Estado debe también ser animado a apoyar el empoderamiento de los derechos
independientes de las organizaciones de monitoreo de la sociedad civil, afirmar los derechos de
las mujeres y de los grupos marginales y excluidos, y fortalecer las estructuras de los gobiernos
locales. Se le debe dar una alta prioridad a la educación en derechos humanos, tanto a nivel de
educación formal como informal. Las capacidades de los estados de cumplir con estas metas
deben ser emparejadas por aumentos dramáticos en el financiamiento global para el desarrollo
sostenible. El Reporte Final del CSD debe añadir una sección separada sobre el enfoque de los
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derechos humanos en cada una de las áreas temáticas, y añadir referencias apropiadas en cada
una de las secciones restantes.
Luchar contra el Desalojo Forzado y la Destrucción del Hábitat. Los desalojos forzados
de más de 100,000 personas cada año son un obstáculo para la mejora de los asentamientos
precarios. El impacto del militarismo, los conflictos armados y la guerra en los asentamientos
humanos es particularmente destructivo. No sólo hay personas muriendo y la infraestructura
existente siendo destruidas, sino también una gran cantidad de recursos desviados sin satisfacer
las necesidades humanas básicas. CSD-13 debe proponer la redirección de recursos gastados en
guerras para construir un hábitat sustentable, culturalmente diverso para la paz.
Los gobiernos y el sector privado deben detener los desalojos forzados masivos y la
destrucción ilegal de viviendas. El Reporte Final debe reconocer la crisis y proponer mediadas
concretas para enfrentarla, incluyendo estándares globales mínimos vinculantes para los derechos
de tenencias de los inquilinos, y de los dueños-residentes, especialmente de las mujeres y los
grupos marginados socialmente. A los agentes basados en la comunidad se les debe dar la
oportunidad de movilizar y abogar por sus quejas en los cuerpos locales, nacionales e
internacionales. Para lograr un progreso en este campo, el papel de UN Hábitat de monitorizar la
situación legal y la campaña para la seguridad de la tenencia debe ser fortalecidas al igual que la
capacitad de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, del Relator Especial para la Vivienda
Adecuada, y del Grupo de Asesores en Desalojos Forzadas.
Detener la Privatización, Construir un Capital Social. La privatización, comercialización
y desregulación de la vivienda e infraestructura crean escasez, desplazamiento y exclusión social
en muchos países. El reporte final debe referirse a este problema y a sus manifestaciones en
muchas regiones y reconocer que el sector de inversiones privados sin supervisión es usualmente
el problema, no la solución, para el desarrollo sustentable. El rol fundamental de la inversión del
gobierno y dirigir la ayuda para el desarrollo de manera que satisfaga las necesidades humanas no
pueden y no deben ser remplazadas por inversionistas de capital privado o por “sociedades
públicas / privadas”. Los gobiernos deben proteger el control social democrático de las viviendas y
la tierra y la propiedad pública del agua y otras necesidades contra la privatización de las
depredadoras corporaciones multinacionales. El CSD-13 se debe oponer también a la privatización
del planeamiento público y la administración de funciones y apoyar el fortalecimiento integrado, el
planeamiento participativo y la administración por los cuerpos de gobiernos a todos los niveles.
Los Gobiernos también deben proveer las condiciones para la contribución de todos los
sectores involucrados en la construcción de vivienda y facilitar el manejo democrático y control de
los recursos, incluyendo las regulaciones apropiadas para asegurar la vivienda de interés público y
el subsidio gubernamental para la vivienda. El CSD-13 debe recomendar la aplicación de las
Normas de Derechos Humanos sobre el negocio del sector de la vivienda y las transnacionales
deben ayudar a los poseedores como responsables secundarios después de los Estados.
Programas para regularizar y legalizar los asentamientos informales deben animar el desarrollo del
capital social, el manejo colectivo, y la redistribución en el uso privado de la tenencia, como lo han
logrado numerosas ONGs en Latinoamérica. CSD-13 debe desarrollar líneas guías para la
regularización que promueve estos modelos.
Lucha contra la Segregación Social y la Exclusión. La equidad social en asentamientos
humanos es un prerrequisito para el desarrollo sustentable. La creciente segregación espacial y
social en las ciudades contribuye a la exclusión social de gran parte de la población, círculos
viciosos de pobreza y segregación, desafía al gobierno urbano, conflictos culturales y violencia
social. Es un obstáculo para el desarrollo sustentable mundialmente, tanto en los países ricos y las
áreas ricas en los países pobres (por ejemplo, el crecimiento de las “comunidades cerradas” y
extensiones urbanas), y está relacionada a la explosión de asentamientos informales o irregulares
extendidos por la rápida urbanización lejos de los empleos, transportación, y servicios
comunitarios.
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Apremiamos al CSD-13 que reconozca estos problemas y proponga mecanismos
innovadores de gobierno para aumentar los equitativos, responsables, transparente y el manejo
participativo del desarrollo urbano en sus varias formas a niveles locales, nacionales, regionales y
globales. El Reporte Final debe citar algunas de la infinidad buenas prácticas olvidadas por las
ONGs y los gobiernos para referirse a estos asuntos, incluyendo estrategias para la regularización
y legalización de los asentamientos informales. A este respecto, instamos al CSD-13 que resalte la
Carta Mundial del Derecho a la Ciudad, propuesta por una variedad de movimientos sociales,
ONGs y HIC, y apoyada por el gobierno de Brasil. La Carta incluye medidas de derecho para
aumentar la equidad e inclusión social a través de estrategias como el empoderamiento y la
participación en las áreas urbanas, basadas de las iniciativas populares en muchos países.
Empoderamiento de las Comunidades y Sociedad Civil. En respuesta a la expansión de
los asentamientos precarios urbanos, las ONGs por largo tiempo han apoyado programas para el
registro de la tierra y la tenencia, la producción de viviendas asequibles y del empoderamiento de
los pobres del mundo, usualmente con los recursos más magros. Es tiempo de que las
instituciones de gobiernos y del sector privado apoyen y legitimen la producción de viviendas y
facilidades comunitarias y trabajen con grupos independientes de la comunidad para definir,
planear, implementar y financien plenamente las acciones requeridas para implementar la Agenda
21, el Plan de Implementación de Johannesburgo, y MDG-7.
El Reporte Preliminar reconoce que la autoorganización de los pobres ha probado ser un
factor crítico en el mejoramiento de las personas y para el logro del desarrollo sustentable. Pero el
CSD-13 también debe reconocer explícitamente el derecho de las personas para la
autoorganización independiente, libre de amenazas, intimidación o interferencia por parte de los
gobiernos y de las corporaciones privadas, lo cual permanece como un problema en muchas áreas
y son un obstáculo significativo para la participación comunitaria. CSD-13 debe afirmar los
derechos civiles básicos incluyendo la participación, asociación, libertad de expresión y seguridad
para las personas, con un esfuerzo especial de garantizar los derechos de las mujeres y de la
población marginal, incluyendo a esos que viven en asentamientos irregulares o no legalizados.
Los Países Ricos deberían hacer más. El número de personas sin hogar y esos que
viven en viviendas inadecuadas continúa creciendo, un impacto profundo para la salud física,
mental y espiritual de más de un billón de personas. En las décadas venideras esta tendencia
sobrepasará bastamente el Objetivo 11 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para la mejora
de los asentamientos precarios a menos que haya un incremento radical de los compromisos por
parte de los gobiernos, particularmente de esas naciones más ricas, las que pueden mejor reúna
los recursos para esto. CSD-13 deben alentar a los gobiernos y las instituciones de ayuda
internacional para abarcar un lapso de tiempo, planes de implementación posibles de medir y
metas para asegura que todas las personas tengan fácil acceso a la tierra, agua potable segura,
sanidad adecuada, transporte económico y fuente de energía nueva y renovable, incluso para las
tradicionales, viviendas hechas a manos localizada en los asentamientos precarios.
Mientras se dirige a las necesidades urgentes para la mejora de los asentamientos
precarios, CSD-13 también debe dirigirse a las pautas ruinosas relacionadas de la producción y al
consumo en los países ricos y enclaves ricos en los países pobres. Los gobiernos y ciudadanos en
los países deben ser desafiados para promover sustentable tecnología de construcción “verde”,
fuentes de energía renovables, remplazar la transportación auto centrada con un sistema de
transporte público, y locación de desarrollos cerca del transporte y empleos a través de planes
integrados de “crecimiento inteligente”. Los Gobiernos que no hayan suscrito todavía el Acuerdo
de Kyoto sobre Calentamiento Global deben ser desafiados a hacerlo. Rápidamente los países en
desarrollo deben ser desafiados a que adopten estrategias de desarrollo sustentable para dar un
salto hacia la producción anticuada y los patrones de consumo del pasado y ayudar a dirigir la
humanidad hacia un futuro mucho más ecológico y a la productividad económica.
Redirecionar la Asistencia del Desarrollo. Mientras aplaudimos el lenguaje en el Reporte
Preliminar anuncie las iniciativas de auto ayuda de las ONGs, el Reporte Final necesita balancear
esto con llamadas más detalladas a los gobiernos ricos y las instituciones para que hagan su justa
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parte, por el temor de auto ayuda del pobre sea una excusa para que los ricos y poderosos hagan
menos.
Por lo tanto aplaudimos la reciente iniciativa del Gobierno de Reino Unido de incrementar
su ayuda al desarrollo a los objetivos de niveles del MDG y de eliminar las deudas de los países
más pobres, particularmente de esos que recientemente sufrieron el tsunami y los países más
pobres de África, sin perjudicar el acceso futuro de los países al capital del desarrollo sustentable.
La eliminación de la deuda debe estar unida, tal como ha sugerido el Gobierno de RU, a la
transparencia, responsabilidad y reforzamiento de la capacidad de los gobiernos y de la sociedad
civil. Los gobiernos deben redireccionar los recursos que liberaron en este sentido para balancear,
el desarrollo centrado en las personas para los asentamientos humanos, agua y sistema de
sanidad. El Reporte Final debe desafiar a los otros países ricos para seguir está iniciativa.
Respecto a la ayuda para el desastre, CSD-13 debe recomendar acciones de rehabilitación
que garanticen el retorno, restitución y el reasentamiento de manera completamente segura y
sustentable, con las personas afectadas involucradas en esta decisión. Las medidas deben
asegurar que la distribución de la ayuda sea manejada de manera que reduzca –no agrave- las
injusticias social y la opresión de las comunidades marginadas, especialmente en las áreas donde
se está sufriendo conflictos civiles. CSD-13 debe instar futuras estrategias para el desarrollo
urbano y rural de manera que se evite la degradación medio ambiental que agrava la
vulnerabilidad hacia los desastres naturales.
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