Venezuela: La renta petrolera y su distribución

Anuncio
Venezuela: La renta petrolera y su distribución en perspectiva histórica
Enfoque teórico crítico
Dorothea Melcher
ULA – FACES
Resumen
Desde los años 1930, la economía de Venezuela es dominada por la industria
petrolera bajo el sistema de concesiones a empresas inglesa y us-americanas. Los
gobernantes venezolanos lograron en la década de los 1940 la soberanía impositiva
frente a las compañías extranjeras y aumentaron sucesivamente la participación del
Estado en las ganancias en divisas. Venezuela es un país con economía “extractivista“.
La inversión de la renta se dirigía a iniciar y profundizar el desarrollo capitalista del país, lo
que se concentró en inversiones en infraestructura (vialidad, saneamiento – contra
enfermedades tropicales y por agua potable, electricidad e instalaciones hospitalarias).
Los cambios sociales por la utilización de la renta llevaron a cambios políticos
democratizantes y el apoyo de los gobiernos populistas al movimiento sindical que logró
buenos beneficios. Una misión al Medio Oriente en 1949, con el fin de informar a los
países petroleros de allá de las conquistas logradas, llevó una década más tarde a la
fundación de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en 1960.
En la actualidad, Venezuela se debate entre las tendencias de desarrollo y
profundización del capitalismo – industrial, agrario y comercial – y alternativas sociales y
ecológicas. Los ingresos petroleros han sido utilizados para acumular capitales en
industria y finanzas, pero también para mejorar las condiciones de vida de la población,
con un un amplio sistema de educación pública, de salud pública, de subsidios al
consumo de energía y contínuas ampliaciones de la infraestructura. Esta contradicción
sigue muy activa en el panorama político actual.
Venezuela: La renta petrolera y su distribución en perspectiva histórica
Enfoque teórico crítico
Dorothea Melcher1
1. Perspectiva histórica
Desde inicios de la explotación del petróleo en Venezuela (años 1930), el país ha
llegado a tener, quizás, la economía „extractivista“ más exitosa de América Latina.
Después de los primeros años de experiencia y muchos fraudes por parte de las
compañías extranjeras, los gobiernos se dedicaron a estudiar bien el negocio en su país
principal, es decir en los Estados Unidos de América, y aprovechando las situaciones
históricas (la 2a Guerra Mundial y su sed de petróleo) conquistaron la soberanía
impositiva (1943). Aumentaron cada vez más la participación del país en el negocio y
ejercían cierto control sobre las actuaciones de las empresas (Melcher 2009).
Después de la guerra, un gobierno populista respaldó al movimiento sindical para
obtener mejores condiciones laborales. Otro gobierno envió en 1949 una Misión al Medio
Oriente, la región que empezó a competir por los mercados internacionales, a fin de
informarles a los gobiernos nacionales de las conquistas logradas por Venezuela. Esta
iniciativa llevó a la fundación de la OPEP en 1960 y la paulatina conquista de más
influencia en los ingresos. En la Crisis Petrolera de los años 1970, se nacionalizaron las
grandes compañías extranjeras. Así, las empresas transnacionales perdieron el control
sobre las rentas internacionales y se inició la presión de los gobiernos para lograr
estructuras internacionales que permitieran limitar las actuaciones de los países
exportadores de las materias primas (Mommer 2002).
Lo que se llama „la enfermedad holandesa“ - Venezuela la conoció y discutió ya en
los años 1940, observando que las divisas petroleras causaban el incremento de las
importaciones y llevaban al abandono de la agricultura que había sido la actividad
principal anteriormente porque ya no era competitiva (Melcher 2009). Los planes de
“desarrollo capitalista“ mediante la inversión de la renta (“Sembrar el Petróleo“ formulado
por primera vez en 1936) adoptados en los años 1950 y 1960, lograron asentar ciertas
industrias y ampliaron la infraestructura de comunicaciones, salud, educación y asistencia
1 Profesora de Historia Económica de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de
Los Andes, Mérida, Venezuela. Correo electrónico: [email protected]
social, pero los desarrollos internacionales – la “globalización” - frenaron este proceso en
los años 1970s y 1980.
La crisis financiera de los años 1980, por la deuda externa adquirida y las
manipulaciones financieras del sistema internacional, hipotecó la renta. En el ambiente del
neoliberalismo dominante, este proceso llevó a una redistribución de la riqueza, la fuga de
capital y la baja de los ingresos populares. Se inició el proceso de privatización de
empresas estatales que habían sido fundadas con la renta petrolera. Este proceso llevó a
la descomposición de los partidos políticos que habían dominado este proceso. La
"Apertura Petrolera“ por parte de la empresa estatal petrolera PDVSA en los años 1990 se
dirigió a volver a introducir de nuevo empresas extranjeras, ceder la soberanía judicial al
arbitraje internacional y minimizar los ingresos del Estado, es decir, la renta petrolera
disponible para su distribución por parte del gobierno. El gobierno de Hugo Chávez se
enfrentó a esta política, PDVSA se alzó en 2002 y fue derrotada en 2003 (Mommer,
2002,2).
No hay perspectiva que Venezuela deje de ser un país con economía extractivista,
con planes de aumentar la producción de petróleo y gas, integrándose al MERCOSUR y
conectándose profundamente con el mercado chino.
La cuantiosa renta petrolera se está usando para cubrir el sistema de educación
incluyente, de salud pública, mejoras de la infraestructura, empleo para cada vez más
personas, independencia de los EUA en muchos campos de tecnología y finanzas. Si
siempre se hace de manera eficiente no es tema de la presente ponencia.
Como muchos yacimientos petroleros (y de otras materias primas como p. ej. el
carbón y recientemente el coltán) están situados en regiones con población indígena que
tiene derechos constitucionales especiales, y que además son sensibles del punto de
vista ambiental, han surgido problemas y conflictos, reclamos de defensores sociales y
ambientales.
Al parecer, el problema ambiental se sigue desatendiendo, a pesar de las
declaraciones programáticas. Pero no está excluido que vuelva a ser atendido...
2. Enfoque teórico (necesario para entender...): Renta
En la economía capitalista globalizada son vigentes las leyes del mercado,
formándose en los intercambios comerciales ganancias extraordinarias en mercancías
cuya producción depende de la fertilidad natural y del acceso. Esto ha sido descrito y
analizado por los economistas clásicos como “renta del suelo”, elaborada más por Marx
quien amplió el concepto de la “renta diferencial” (Ricardo) por la “renta absoluta”,
incluyendo el rol de los propietarios del subsuelo. La teoría económica del presente ha
abandonado este concepto y está usando solamente el término “rentas ricardianas” para
la renta diferencial, y se usa “renta” para disacreditar tales ingresos como apropiaciones
sin ofrecer actividad productiva reconocida.
Sin embargo, el hecho de las rentas del suelo internacional existe y se está
haciendo cada vez más real. Son principalmente los países no desarrollados
industrialmente, los que suplen a la economía mundial de las materias primas que
necesitan las industrias, que necesitan entender su posición en el mercado internacional
con este concepto.
Los yacimientos de materias primas y los suelos para la producción agropecuaria
no son resultado del trabajo humano, sino le ofrecen la posibilidad de usarlos para sus
actividades. En las sociedades primarias no existe la propiedad sobre el suelo como se
desarrolló posteriormente. Se instaló como elemento fundamental en el sistema
capitalista, aunque el capital trató al inicio de su desarrollo eliminarla por estar luchando
contra los terratenientes de la sociadad anterior (Revolución francesa), para eliminar la
apropiación de renta por parte de los terratenientes que alquilan sus tierras a los
capitalistas. En los países industrializados, el capital asumió la propiedad de los suelos y
la teoría económica no tuvo mayor problema de sancionar sus ingresos como ganancia
normal, y finalmente eliminó el concepto original de renta. Esto se refleja en el sistema de
calcular el Producto Interno Bruto que se hizo generalmente aceptado entre los
economistas. Solamente se conoce y reconoce dos factores: capital y trabajo.
Diferente postura se asumió, sin embargo, para los países donde el desarrollo
capitalista no había avanzado tanto como en el centro. En las colonias conquistadas se
estableció la propiedad del país dominante sobre tierras y recursos, y la administración
otorgaba a los súbditos derechos de propiedad sobre tierras y, muchas veces, sobre las
personas. Cuando en los procesos de independencia se formaron los nuevos Estados
nacionales, éstos asumieron esta propiedad “eminente” como expresión de su soberanía.
En el caso de Venezuela, se asignó la propiedad de las “tierras realengas” de la colonia
española al gobierno nacional como “tierras nacionales” que podían ser apropiadas si se
sancionaba por parte del gobierno nacional. Y la propiedad de las minas, es decir de los
yacimientos, pasó también al Estado (en ciertos casos a los Estados regionales). Se
podían otorgar al capital en forma de concesiones que pagaban rentas o impuestos al
Estado por su explotación. La excepción la hizo durante unas décadas el Estado de
México cuando bajo Porfirio Díaz institucionalizó la propiedad privada de los yacimientos;
la Revolución Mexicana la revocó y se inició la larga lucha con el capital petrolero
norteamericano e inglés que se había apropiado de grandes extensiones del país para la
explotación de petróleo.
La soberanía nacional ha sido la bandera esencial para la defensa de los derechos
sobre las tierras y los yacimientos de materias primas en los países independientes, y no
sorprende que en los países capitalistas dominantes ha sido combatida con muchos
argumentos hipócritas. El capital sigue opuesto a compartir sus ganancias con los
propietarios de las tierras que no son suyas, y mucho menos con los Estados nacionales.
Por eso, en las negociaciones sobre la formación de Tratados de Libre Comercio, se ha
intentado, a veces con éxito, de abrir al capital extranjero el acceso igual a yacimientos y
tierras.
El mecanismo de la formación de la renta del suelo en los mercados
internacionales siempre sigue existiendo; sólo depende de quien tiene el poder de
apropiarla. En la industria petrolera fue explotado con mucho éxito por el Cártel
Internacional de las empresas multinacionales, al instalar en los años 1930 su sistema de
precio único en todo el mundo, tomando como base el precio de Texas más el costo del
transporte desde Texas al lugar de consumo. Eso hizo que la gasolina era mucho más
cara en los países de América Latina y del Medio Oriente, donde se producía petróleo
mucho más económico, que en los Estados Unidos donde los costos de producción eran
ya más altos. En Venezuela este sistema fue cambiado en 1946. Pero en otros países se
mantuvo mucho tiempo más.
Después de fundarse la OPEP en 1960, se logró elaborar un sistema de obligar a
las compañías extranjeras a pagar sus regalías e impuestos según “precios de referencia”
(que no eran los precios del mercado sino más altos) con la base en el Medio Oriente que
se transformó en la zona productora más importante. Desde la Crisis Petrolera de los
años 1970, el precio del petróleo se determina en las bolsas internacionales pero los
precios de Texas y actualmente del Mar del Norte se consideran como los indicadores del
mercado.
Ahora bien, no es sólo en el petróleo donde existe la renta del suelo. Se da en
todas las materias primas y también muchos productos agropecuarios. Argentina vivió
durante las décadas iniciales de siglo XX ingresos importantes por sus exportaciones de
cereales y carne a los países industrializados. La renta fue apropiada por los grandes
terratenientes e invertida en otras actividades económicas, industriales y de urbanismo.
No pudo mantener su posición después de la Crisis Económica Mundial de los años 1930
porque los países importadores cerraron sus fronteras e iniciaron un desarrollo industrial
de su agricultura que mermó las ventajas productivas de Argentina.
Otro caso era el café (Brasil). El sistema nacional de pignoración del café, para
comprar y almacenar excedentes y venderlos en años de menor cosecha, mantuvo altos
los precios después de la crisis de 1926/8 y permitió a Brasil cierta estabilidad. Sin
embargo, la extensión del cultivo a otras regiones donde se pudo competir con Brasil
(colonias de Africa y Asia) socavaron este sistema. Como se ve en estos ejemplos, la
renta del suelo diferencial es vulnerable porque depende del desarrollo de la productividad
en las diferentes regiones que se integran al mercado.
La “Renta Absoluta”
Otro asunto es el de la renta absoluta, categoría desarrollada por Marx. Si todos los
propietarios de yacimientos o tierras productivas se ponen de acuerdo de cobrar a los
arrendatarios/concesionarios una renta, en forma de regalía y/o de impuestos, pueden
crear un costo fijo básico que eleva el costo del producto. En el ámbito internacional sería
una forma de obligar a los consumidores de las materias primas pagar una cantidad
adecuada para la extracción en otras regiones del mundo. Por supuesto, ésta es una
proposición que no les gusta ni al capital ni a los consumidores, pero sería una
indemnización de extraer las materias sin que se de un desarrollo más amplio a la
economía local.
Cuando en los años 1970 la OPEP expropió a las compañías extranjeras y
procedió a formular su política común de las rentas, estas compañías perdieron su rol
contractual de limitar la soberanía de esos países sobre sus materias primas. Ahora la
iniciativa de frenar ese éxito fue asumida por los países industrializados que representan
a los grandes consumidores, por medio de la Agencia Internacional de Energía, la
Organización Internacional de Comercio y con Tratados de Arbitraje Internacional y sus
instituciones como el CIAADI. Venezuela está sufriendo las consecuencias de la firma de
Tratados de Arbitraje en los años 1990, en los cuales las inversiones en la explotación de
materias primas se igualan a inversiones industriales y se trata de ignorar los derechos
eminentes del Estado soberano que otorga concesiones (juicios por parte de la EXXON y
CONOCO Phillipsen 2008 a 2011).
Como ya se asomó, la reglamentación internacional se ha formulado en su mayoría
por parte de los países industriales, es decir por parte del capital dominante que combate
fieramente en teoría y praxis los intentos de crear estas rentas o convenios. La
Organización Internacional de Comercio los condena como monopolios e intenta prohibir
a los Estados soberanos de limitar el acceso a sus materias primas (p.ej. el caso de China
http://www.wto.org/english/tratop_e/dispu_e/cases_e/ds394_e.htm ).
Aquí tiene que enfatizarse que esta propuesta de la redistribución de la riqueza
internacional – que podrá crearse por nuevos mecanismos – queda dentro del sistema
capitalista globalizado. Se trata de una nueva distribución de poder, y probablemente no
se va a lograr sin enfrentamientos. Ya conocemos los casos donde se ha intentado
arrebatar el ejercicio de la soberanía por diferentes métodos, en nombre de derechos
humanos o acusaciones construidas para justificar una guerra de intervención.
3. El problema del “extractivismo”
En los últimos años surgió el concepto del “neo-extractivismo” como planteamiento
crítico (Der Neue Extraktivismus 2012). En la globalización se abandonó la idea de
“desarrollo nacional” por medio de la sustitución de importaciones, tema dominante en los
años 1950 y 1960s. Se retornó a la “división internacional de trabajo”, asignando a los
países el rol se suplir materias primas agrarias o mineras. En lo sucesivo la creciente
demanda llevó a precios más altos y a crecientes ingresos en los países exportadores de
esas materias primas, y surgió la denuncia contra los “malos usos” de estos ingresos.
En la historia venezolana se ha podido ver que los ingresos provenientes de la
renta petrolera (y sólo en menor grado del hierro y aluminio) llegaron a las arcas de los
gobiernos y cómo dependía de las decisiones políticas hacia donde se dirigían los gastos.
Durante muchos años se privilegiaba el fomento del capital nacional agrario e industrial
con créditos y subsidios, se creó una infraestructura vial y sanitaria, y al surgir
movimientos laborales y sociales se empezaba a construir los sistemas de educación y
asistencia de salud. Predominaba el financiamiento de empresas privadas por parte del
Estado, y por supuesto se creó un sofisticado sistema clientelar entre políticos, empleados
del Estado y empresarios alrededor de estos contratos.
El gobierno de Hugo Chávez Frías (1999 a 2012) prometió cambiar esta asignación
asimétrica de los recursos, pagar la “deuda social” e invertir privilegiadamente en
educación, salud, alimentación y vivienda para las capas sociales más bajas y
abandonadas por los gobiernos anteriores. Esta política se piensa continuar en el nuevo
gobierno de Nicolás Maduro. El problema sigue siendo: ¿de dónde provienen los recursos
para implementar estos planes? ¿Cómo abandonar el cobro de renta petrolera si tanto
queda por hacer? El programa “Patria” (http://blog.chavez.org.ve/programa-patriavenezuela-2013-2019/) que dejó Chávez incluye la ampliación de las areas de producción
petrolera de la Faja Petrolífera del Orinoco en los Llanos, duplicando la exportación a 6
millones de barriles diarios. Estas regiones son áreas indígenas y zonas ambientales muy
vulnerables. Para los venezolanos queda la tarea de luchar en su país por una
planificación respetuosa de los derechos constitucionales en juego. Es una tarea dentro
del país; sigue la necesidad de afirmar los derechos internacionales soberanos a cobrar la
renta – mientras el sistema económico mundial no cambia fundamentalmente su
funcionamiento.
Literatura
Forschungs- und Dokumentationszentrum Chile-Lateinamerika (2012): Der Neue
Extraktivismus. Eine Debatte über die Grenzen des Rohstoffmodells in
Lateinamerika. Berlin
Melcher, Dorothea: (2005) Erdöl-Sozialismus in Venezuela? En: Das Argument 262
- -
(2009): Prehistoria de la Fundación de la Organización de Países Exportadores de
Petróleo (Manuscrito no publicado)
Mommer, Bernard (2002): Global Oil and Nation State. Oxford
- - (2002,2) Subversive Oil. En: Steve Ellner and Daniel Hellinger (eds.) Venezuelan
Politics in the Chávez Era: Polarization and Social Conflict, Lynne Rienner, November
2002).
http://blog.chavez.org.ve/programa-patria-venezuela-2013-2019/
Descargar