Comentarios clave de las OSC sobre el Marco Estratégico Mundial (MEM) del CSA Tengan en cuenta que este documento es un borrador que pueden usar como base para dar forma a sus esfuerzos de cabildeo en los diferentes niveles nacionales. Lo ideal sería que las diferentes organizaciones que vayan a tratar este tema con sus gobiernos locales incorporen a este documento las reivindicaciones clave de las consultas regionales. Utilícenlo como mejor les convenga y no duden en adaptarlo para reflejar mejor sus contextos regionales o nacionales. Después de la crisis de los alimentos de 2007/2008 surgieron varias iniciativas a raíz del reconocimiento creciente de la necesidad de un sistema nuevo y más fuerte de gobernanza de la seguridad alimentaria y la nutrición. Tras la crisis de los precios de los alimentos, está claro que hay una necesidad urgente de mejorar la coherencia de las políticas y asegurar una acción coordinada por parte de los gobiernos, las organizaciones internacionales y otros actores para erradicar el hambre y la malnutrición, lograr el Derecho a la Alimentación para todos y garantizar la soberanía alimentaria de los pueblos. La iniciativa más importante fue la reforma del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA). Después de su reforma, el CSA está en camino de convertirse en el organismo central más inclusivo y legítimo de la gobernanza global de la seguridad alimentaria, la agricultura y la nutrición. Asimismo, el CSA desempeña un papel crucial puesto que es el único lugar donde un amplio abanico de actores tienen voz, incluyendo a los más afectados por el hambre, especialmente los movimientos sociales de los productores de alimentos a pequeña escala, y además, es el único lugar en que las decisiones sobre los temas de la alimentación y la nutrición se toman de forma inclusiva, participativa y transparente. Las OSC han enfatizado la importancia del desarrollo del Marco Estratégico Mundial desde la reforma del CSA. De hecho, sin un MEM fuerte, la capacidad del CSA para mejorar la coherencia y coordinación de las políticas se verá debilitada. El MEM es la herramienta fundamental que debería asegurar que se mejore la coordinación de los actores y que se logre la convergencia de políticas. Ambos elementos son necesarios para erradicar el hambre y la malnutrición. El MEM será el documento transversal que guiará a los gobiernos y a todos los actores en sus decisiones, políticas, acciones, programas y estrategias en todos los niveles. El MEM debería servir de guía para todos aquellos que toman decisiones, incluyendo a los responsables de asuntos que tengan un impacto fuerte, incluso si fuera indirecto, en la seguridad alimentaria y nutricional de las poblaciones, como por ejemplo, los ministros de comercio, finanzas y economía, tanto en los países pobres como en los ricos. El MEM, que ha de adoptarse en la próxima Sesión Plenaria del CSA en octubre, debería ser un documento vivo que evolucionará hacia el nivel mucho más elevado de ambición y compromiso que necesitamos para erradicar el hambre y la malnutrición. El proyecto actual del MEM ofrece un inicio constructivo para desarrollar esta herramienta fundamental del CSA. No obstante, el primer proyecto se queda corto en varios asuntos clave y necesita ser mejorado para asegurarse de que que contribuirá a avanzar lo más rápido posible hacia un mundo sin hambre. A través del Mecanismo de la Sociedad Civil, las OSC han desarrollado un documento de trabajo con su visión sobre qué debería formar parte del MEM. Tomando como base este documento de trabajo y después de 1 analizar el primer proyecto del MEM, exhortamos a los gobiernos a que garanticen que la versión adaptada del MEM1: Reafirme al CSA como la principal plataforma inclusiva para la coordinación y la coherencia de la seguridad alimentaria y la nutrición, y al MEM como el marco general. Enfatice el papel fundamental de la participación de la sociedad civil, en especial de las organizaciones de productores de alimentos a pequeña escala y de consumidores, a través del Mecanismo de la Sociedad Civil. Reconozca plenamente la Soberanía Alimentaria de los Pueblos, que se define como el derecho de los pueblos a unos alimentos saludables y culturalmente apropiados producidos a través de métodos ecológicos y sostenibles, y su derecho a definir sus propios sistemas agrícolas y de alimentos –como un marco clave para hacer frente al hambre y la malnutrición. La soberanía alimentaría para todos los pueblos, como se define en la Declaración de Nyelení, ha sido la reivindicación más importante de los actores de la sociedad civil desde 1996 y por lo tanto debería ser un principio rector del MEM. Refleje el consenso creciente basado en pruebas de que para alimentar al mundo sin destrozar el planeta es clave operar un cambio de las inversiones hacia la agricultura sostenible resiliente a pequeña escala. El MEM debería mencionar claramente que esto implicará que: Todos los gobiernos y las organizaciones internacionales y regionales deberían apoyar y promover la agroecología. Reconozca que la IAASTD2 (Evaluación Internacional del conocimiento, ciencia y tecnología en el desarrollo agrícola) ofreció recomendaciones muy claras con base científica que han de ser implementadas plenamente cuanto antes por todos los gobiernos y organizaciones intergubernamentales. Son necesarias acciones urgentes para pasar a una agricultura más sostenible y resiliente en la que los productores de alimentos a pequeña escala, y en especial las mujeres, sean el punto central. Se cimiente plenamente sobre las obligaciones y normas de derechos humanos y contribuya a avanzar para lograr el Derecho a la Alimentación. En particular, es crucial que el MEM de un papel central al derecho a la alimentación como base para la evaluación, la acción y la rendición de cuentas, aplicando estrictamente las normas de derechos humanos y las Directrices sobre el Derecho a la Alimentación en todo el documento. Reconozca el papel fundamental del uso sostenible de los recursos para la producción de alimentos, en particular la tierra, las pesquerías y los bosques, y del acceso seguro y equitativo a los mismos. El MEM debería identificar claramente el acaparamiento de tierras que vemos en la actualidad como una de las amenazas más peligrosas para la seguridad alimentaria y la nutrición en todo el mundo. En este contexto, el MEM ha de incluir plenamente los compromisos adoptados en la Conferencia Internacional sobre la Reforma Agraria y el Desarrollo Rural (CICARD) y el proceso actual para las Directrices Voluntarias sobre la Gobernanza Responsable de la Tenencia de la Tierra, la Pesca y los Bosques. Defienda los derechos de las mujeres y la justicia de género. El MEM debería mencionar que las mujeres, como productoras activas de alimentos, se enfrentan a muchas formas de violencia y discriminación estructural, privándolas de sus derechos a la autodeterminación. Las niñas y las adolescentes inducidas u obligadas a contraer matrimonio y al embarazo adolescente sufren las consecuencias de una carga laboral doble o triple y la privación de la nutrición adecuada para sus hijos y de sus derechos a la educación. El MEM debería también incluir el derecho de las mujeres a la lactancia, los derechos laborales, incluyendo el derecho a la baja por maternidad, los derechos 1 Las siguientes posiciones deberían considerarse como una visión preliminar de las OSC. Estas posiciones se completarán después de las consultas a nivel regional, en las que consultaremos con el mayor número posibles de OSC que trabajan juntas a través del Mecanismo de la Sociedad Civil del CSA. 2 http://www.agassessment.org/reports/IAASTD/EN/Agriculture%20at%20a%20Crossroads_Global%20Report%20%28E nglish%29.pdf 2 hereditarios y de la tenencia de la tierra, el acceso, control y propiedad igualitarios de toda la cadena agrícola. Reconozca la importancia crucial de los salarios de subsistencia. Muchos trabajadores agrícolas asalariados no pueden permitirse comprar alimentos. Muchos trabajadores de la agricultura y la alimentación y sus familias padecen hambre y malnutrición debido a que las leyes laborales básicas y las políticas de salario mínimo no abarcan a los trabajadores rurales. El MEM debería incluir el reconocimiento de los derechos básicos de los trabajadores, tal y como se menciona en los convenios de la OIT, que también abarcan a las zonas rurales. Reconozca la dimensión de derechos humanos de la protección social: La protección social básica no debería reducirse a programas de seguridad y ha de extenderse a las zonas rurales. Hoy en día, no todos los países pueden permitirse una seguridad social completa, pero la protección universal debería mencionarse como un objetivo claro basado en métodos contributivos y no contributivos para evitar que las poblaciones rurales y sus hijos caigan en la trampa del hambre. Enmarque las políticas de nutrición desde una perspectiva de derechos humanos. Una perspectiva de derechos humanos en la nutrición implicaría que la seguridad nutricional se base en la producción de alimentos diversos y en asegurar que todas las personas tengan acceso a estos alimentos diversos para satisfacer sus necesidades de nutrición de forma adecuada. La seguridad nutricional tiene que enfatizarse de nuevo con un mayor acento en los determinantes sociales clave de la malnutrición, incluyendo el acceso al agua potable, la atención materno-infantil, los servicios sanitarios y una asistencia sanitaria de calidad. Asegure que el papel del comercio y la inversión privada y su impacto sobre la seguridad alimentaria y la nutrición sean sometidos a un debate amplio y profundo en el seno del CSA. No es muy oportuno que el primer proyecto del MEM pida una conclusión de la ronda de Doha de la OMC. La relación entre el comercio y la seguridad ha de ser debatida en mayor profundidad en el CSA. Garantice que el impacto de la bioenergía y de los agrocombustiles sea sometido a un debate abierto en el CSA. Los impactos negativos de los biocombustibles sobre la seguridad alimentaria y la nutrición son ahora más evidentes que nunca, especialmente teniendo en cuenta el fenómeno del acaparamiento de tierras. Los mandatos y subsidios para promover la producción de agrocombustibles industriales a gran escala han de ser eliminados cuanto antes. Ofrezca unas orientaciones claras y específicas sobre cómo debería mejorarse la coordinación internacional para hacer frente al hambre y la malnutrición. El MEM debería analizar el valor añadido de las diferentes organizaciones intergubernamentales, sus mandatos y sus mecanismos para trabajar juntas, y evaluar dónde están las lagunas y cómo pueden mejorar su impacto colectivo del nivel local al mundial, alineándose y apoyando planes dirigidos desde el nivel nacional y regional. Enfatice la necesidad de mejorar la rendición de cuentas a todos los niveles. En particular, el MEM debería reconocer la necesidad de establecer un Mecanismo de Seguimiento del CSA, basado en derechos humanos, que cubra las lagunas existentes en el seguimiento de las acciones de los titulares de obligaciones y que fomente la capacitación de los titulares de derechos para que los que tienen obligaciones les rindan cuentas en casos de incumplimiento. En este sentido, la promoción de mecanismos de seguimiento y rendición de cuentas eficaces es necesaria a nivel nacional y mundial. De forma específica, es necesario que se incluya en el MEM un mecanismo de seguimiento mundial en el seno del CSA. En la versión actual del MEM, las disposiciones sobre seguimiento y aplicación son particularmente débiles. Esto muestra que los procesos y mecanismos existentes son demasiado débiles para asegurar que todos los actores cumplan y que haya un aprendizaje mutuo. El MEM debería analizar también algunos mecanismos de aplicación del CSA, como la sugerencia de un mecanismo entre agencias a través del cual las organizaciones internacionales, guiadas por las agencias con sede en Roma, se unan para implementar las decisiones del CSA. 3